✴︎ Hola querida FEM… Bienvenida a tu cita de conexión 🌷.

Espero que hayas tenido el tiempo y el espacio de regalarte la Cita nº1, una cita con intención de pausar y observar·te, sin juicios y sin máscaras, con el fin de que puedas ver dónde estás con respecto a la conexión que tienes contigo misma, con tu esencia y con tu verdad.

Reconocer·se no es otra cosa que atreverse a mirarse sin filtros y sin juicios. Para desde ese lugar ser capaces de entregarnos a la vida y permitir que ella nos lleve a lo que somos en verdad. Sin control. Sin presiones. Soltando lo que ya no nos representa.

En este camino de vuelta, además de voltear a vernos (en vez de estar todo el tiempo mirando hacia fuera) es importante volver a escucharnos, con toda presencia, consciencia y atención.

Pero no vale con escuchar cualquiera de nuestras voces y de cualquier manera.

🤔 Las voces de nuestra mente.

Ya te habrás dado cuenta que tenemos dos voces internas muy marcadas.

Son esas que en la literatura se ilustran como el ángel bueno y el ángel malo, cada uno hablándote en una oreja… En representación de esa lucha interna por la conciencia moral de vivir entre lo bueno y lo malo, entre lo benévolo y tentativo…

Pero te invito a profundizar un poco más…

La realidad es que en el día a día y de forma constante, estás tomando decisiones y muchas de ellas vienen con voces que parecen luchar para ser más escuchadas, presentándote cada una su solución o respuesta; es lo que llamamos “disyuntiva” o “dilema”.

Es ese momento en el que no sabes que decisión tomar y hay una parte de ti que te dice claramente qué hacer, con argumentos, muy de pros y contras; pero también hay otra parte de ti que te dice otra cosa… Pero sin darte razones más allá que una “corazonada”. ¿Te suena?

Hay claramente dos caminos a seguir, marcados por esas dos voces dentro de ti y que no son más que:

• La voz del ego: esa que se presenta muy racional, desde la mente. Con argumentos y diferentes escenarios que pueden darse si tomas una u otra decisión. Es la voz del personaje que has creado (consciente e inconscientemente) para sobrevivir, encajar y escalar. Y su respuesta va a depender de las creencias, circunstancias, objetivos, experiencia, expectativas y valores sobre los que se haya creado este ego-personaje.

• La voz de la intuición: es una voz mucho más sutil. Viene del cuerpo espiritual y conecta directamente con el cuerpo físico/sensorial. NO racionaliza, no te trae argumentos, no te va a dar pros y contras; solo tendrás una “sensación o corazonada” que puedes traducir inicialmente en un SÍ, un NO o un “espera”. Esta voz no viene de lo que has vivido ha dejado de vivir; viene de algo mayor, superior e inconsciente, algo que tiene la información y el panorama completo de todo. Es la voz del amor. (Desde mi creencia es la voz del Espíritu, a través de la cual me habla Dios; pero eso es solo mi creencia 🤗)

Ambas voces son necesarias…

No se trata de que elijas entre una u otra porque la realidad es que ambas siempre te van a acompañar en esta vida terrenal.

El ego es necesario para convivir, socializar, ocupar tu espacio en la tierra y en el colectivo. Hacerte hueco. Darte a conocer. Sobrevivir…

Es un símil a la energía femenina y masculina, ambas confluyen en ti, ambas danzan dentro para hacerte humana.

Sin embargo hay un gran ERROR en cómo damos espacio a estas voces y a estas energías, polarizándonos la mayoría de veces...

Actualmente estamos en una sociedad donde lo que más se valora es lo racional, la mente lógica, esa lista de pros y contras, el hacer sin pausa de una energía masculina muy elevada, el foco en objetivo y resultados… O bien una polarización en lo sutil, el no hacer, el esperar que todo pase mágicamente, lo abstracto, esotérico o invisible. Cuando lo que se necesita es un balance, dirigido desde el SER.

Pero no voy a desviarme. Aquí vengo a guiarte a conectar con tu intuición, a volver a escucharte (que no oírte) y observar desde dónde estás accionando, para que con consciencia puedas elegir accionar desde tu SER.

🌷 ¡Empieza a dejar de buscar fuera y de intentar de llenarte con lo externo, para abrazar lo que ya existe en ti y te llena de verdad!

¡Vamos a ello!